viernes, 3 de febrero de 2012

Comportamientos apaciguadores del cuello


Fuente: Libro “What every body is saying” (Joe Navarro)

Uno de los comportamientos apaciguadores más comunes y significativos que usamos para responder al estrés es tocarnos o acariciarnos el cuello. Una persona puede acariciarse o masajearse la nuca con los dedos. Otra, acariciarse los laterales del cuello o la parte inferior de la barbilla, por encima de la nuez, tirando de esa parte carnosa. Esta zona es rica en terminaciones nerviosas que, cuando se las acaricia, reducen la presión arterial, bajan el ritmo de los latidos del corazón y calman al individuo.

A lo largo de décadas de estudio del comportamiento no verbal, he observado que hay importantes diferencias en el modo en que hombres y mujeres usan el cuello para calmarse. Por lo general, ellos son más enérgicos en sus comportamientos apaciguadores. Se tocan o abarcan el cuello con ambas manos, justo por debajo de la barbilla y, de ese modo, estimulan los nervios de esa zona, los cuales, a su vez, bajan el ritmo cardíaco y producen un efecto calmante. A veces, se acarician los laterales del cuello o la nuca con los dedos, o se ajustan el nudo de la corbata o el cuello de la camisa.

Las mujeres se calman de una forma diferente. por ejemplo, en relación con el cuello, algunas se tranquilizan tocando, retorciendo o manipulando un collar. Como ya he mencionado, el otro modo con el que las mujeres se calman usando el cuello es cubriéndose la escotadura esternal con la mano. Se llevan la mano a esa parte del cuello o la cubren cuando se sienten estresadas, amenazadas, inseguras, incómodas, nerviosas o tienen miedo. He observado que en el caso de las embarazadas, la mano se vuelve primero hacia el cuello, pero, en el último momento, se desvía hacia el vientre, como si deseara cubrir al feto.


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